El Mass media y la cultura del olvido

Las elecciones son el tema general en Estados Unidos y Puerto Rico sin duda alguna. Debo confesar que me siento más satisfecho con el resultado en Estados Unidos que en Puerto Rico. La población del país con una campaña publicitaria efectiva ha sido seducida nuevamente por el glamour y los anuncios tan Flamboyant del Partido Nuevo Progresista y sencillamente olvida. Olvida que Luis Fortuño dirigió esfuerzos en el proceso neoliberal de privatización que impidió el desarrollo económico de Puerto Rico, aunque por un breve momento redundó en un leve crecimiento económico que se desmoronó sin una base estructural que nunca redujo la tasa de desempleo en el país a menos del 12%. Me pregunto si procederá de la misma manera en su cuatrienio Olvida que un republicano conservador como Fortuño que ha señalado en entrevistas en medios conservadores cristianos no permitirá que Jueces intervengan en el proceso legislativo de creación de leyes. Ciertamente el Licenciado Fortuño está en lo correcto; ahora bien, el Tribunal Supremo tiene la facultad de declarar improcedente una ley que considere injusta y que atente contra los derechos humanos no importa si altera o no el estado de derecho. ¿Cómo piensa detener el libre pensamiento? Pues nombrando jueces conservadores aunque representen “minorías” no representadas, justamente en cargos públicos para atestar un golpe mediático para fortalecer su imagen como hasta el momento. Al parecer el fenómeno Palin no fue tan efímero si nos encontramos con otras Pitbulls con lipstick.

El PPD cada vez más lejos del ideal populista igualmente se ha ido hundiendo. Desde las desaparecidas 936, parte del paquete de promoción noeliberal -que ideara el tan vanagloriado presidente de la Universidad de Puerto Rico y brazo controlador del gobierno de Muñoz en la universidad- Jaime Benítez. El PPD no pudo contrarestar la política de cambio de Fortuño, que hábilmente logró bajar el tono de la conferencia legislativa en los útimos meses de campaña. Aníbal Acevedo Vilá con sus mensajes al país ambivalentes no pudo construir una campaña enfocada, el asunto de su defensa ante pliego de acusaciones anuló una estrategia unitaria para la base. Recibió su voto de castigo por intentar destruir un sindicato e imponer junto a la legislatura un impuesto sobre las clases medias y pobres. Quienes por el contrario fueron recompensados fueron los legisladores que detuvieron el paso de la legislación de Acevedo Vilá para gravar sobre la banca un impuesto. A los industriales y a la banca nadie los toca, el PNP los defenderá férreamente. Esta vez el PNP fue más astuto en su estrategia y limpieza de su imagen aunque todos sabemos que es una farsa, Fortuño contribuyó igualmente a la ingobernabilidad del país desde la Comisaría Residente. Ahora bien, todavía el PPD tiene a Alejandro Gracía Padilla con la mayoría de los votos en el Senado por acumulación. Les queda cuidar su imagen para las próximas elecciones, buscar rostros refrescantes y evitar seguir reproduciendo de las políticas neoliberales de sus pasados líderes disfrazadas de populismo. Espero que hayan aprendido la lección, cuando se intenta reconfigurar la imagen desde la base de un partido.

Otro asunto desconcertante es la reelección de Jorge de Castro Font y la posible salida de María de Lourdes Santiago del Senado, férrea defensora de los y las ciudadanos y ciudadanas que se opuso al IVU, a la 99 que amenaza con revivir ahora que la Proposición 8 en California ha sido aprobada. Los demócratas necesitan refrenar las iniciativas republicanas de eliminar el Affirmative Action, el matrimonio Gay entre otras iniciativas que atentan con imponer un estado de desigualdad social que en efecto probablemente emulará Fortuño. Todos sabemos que un presidente negro no resuelve el problema de miles de negros y latinos que aún son discriminados en otras esferas, que no reciben la misma educación y que viven bajo los índices de pobreza. En Puerto Rico el caso singular está en nuestras escuelas públicas las cuales no están representadas en su justa proporción en la Universidad semi-pública del país.

El PIP nuevamente pierde su inscripción, pero están equivocados quienes piensan que un partido recién fundado ha dado el golpe de gracia. El PIP hace un tiempo que no representa a la población independentista del país, ha perdido su base electoral, miles de independentistas sencillamente no votan, esto lo sé por buena fuente. Los pivazos son un mito que ha calado hondo, sólo una minoría independentista votó por Aníbal. De hecho, miles ya del PNP en las elecciones del 2004 reprobaban la candidatura de Pedro Roselló, por ello, el debilitamiento de su base electoral y lo cerrado de las elecciones. Sólo 3, 800 pivazos se recibieron del PIP, lo cual no representa un amplio sector del independentismo. Y como seguimos hablando de votos mixtos, en la elección de 1924 se produjo una alianza muy extraña entre sindicalistas y republicanos en P.R. que no compara con la del mítico melonismo que ha sido mucho menor en proporción. El discurso del PIP mucho más agresivo y mediático en esta campaña ciertamente no ha podido derribar la imagen de control que Rubén Berríos aún conserva sobre el liderato del partido.

La muerte del ELA no está cerca, no creo que seamos una prioridad para el gobierno de Barack Obama en medio de la tempestad económica que tiene que nivelar el presidente electo. Aunque bien es cierto que podría suscitarse un acercamiento con el propósito de reconstruir la imagen de USA en la comunidad internacional, eso estará por verse.

Por igual, la gran narrativa de la estadidad criolla con miles de estadistas incapaces de pronunciar una palabra en inglés deja mucho que desear sobre el imaginario que comienza a perfilarse en Puerto Rico desde el 68 en donde el mundo se movía ligeramente a la izquierda y aquí como toda buena y dócil colonia nos movemos al son de la derecha. Ya saben el secreto para ganar la elección, digan cambio, una buena campaña y con eso se borra todo un pasado de incompetencia neoliberal. Al menos Barack aún representa un cambio, y espero no sea cosmético, aunque ese cambio no está cimentado en las bases electorales. Espero que logre nivelar la balanza y no ceda ante la presión que ejercerán los empresarios y los republicanos en el asunto económico, como cedieron Bill y Hillary Clinton ante las aseguradoras en la planificación del seguro médico universal.

En todo caso el cambio que necesitamos no lo encontraremos en un hombre. Estará en que el electorado cambie, fiscalice y comience en definitiva a pensar.