Diálogo con la sombra de una sombra
Toma tu camino entre las manos
y sigue sin detenerte.
La maleta no debe ser pesada.
La ciudad no se derrumba
sólo las hierbas la invaden.
No, no mires hacia atrás que los espasmos
provienen de esa zona en que los huesos se quiebran.
No, sigue sin detenerte;
sobre el mural hay una flecha,
tal vez la disparó el dolor que dios cose
lentamente en cada soledad.
Sí, es necesario seguir, ¿a dónde piensas ir
si no es adelante?
¿Atrás?
Es imposible y lo sabes.
¿Por qué me miras de esa manera?
No sabes que la lluvia es una inundación frustrada
por un ciclo viciado por sus nudos.
Sigue, sigue, no te detengas, no hay tiempo siquiera para el reposo.
Un cigarrillo podrá calmarte los nervios o la sombra de tu pie
anidado en la sombra de otra sombra que no es una sombra
pero se parece.
Por qué te detienes, el camión se acerca.
¿Por qué me miras de esa manera?
-“Es que alguien tiene que detener este círculo vicioso.”
2 comentarios:
simplemente Bravoooo, como diría Edith Piaf.
Gracias por pasar José, te estaré visitando...
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