Sobre el autor
- Abdiel Echevarría Cabán
- Puerto Rico (1986). Juris Doctor, Universidad de Puerto Rico. B.A. en Literatura Comparada, Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Entre sus publicaciones destacan: Estoicismo profanado (2007), premiado por PEN Club de Puerto Rico y El imperio de los pájaros, (2011). Es columnista de la Revista Cruce y realiza estudios doctorales en Filosofía y letras en CEAPR. Se ha desempeñado como educador comunitario. Varias noches vagó por las calles de algún punto de la isla ofreciendo condones, jeriguillas limpias y pruebas de VIH.
Sobre mi poesía
“Echevarría Cabán reintroduce en el país una poesía indagatoria cuyo realismo imaginativo se encamina hacia una estética experiencial imaginística como posible paradigma de nuestra literatura más actual”
–Alberto Martínez Márquez
"Indudablemente, la poesía de Abdiel Echevarría es un reto a la normalidad de una conciencia tradicional"
–Rafael Colón Olivieri
domingo, diciembre 25, 2005
Homenaje al urbanismo despótico del nuevo siglo narrativo incumplido en las torres transmutadas de callejerísimo vandálico del escritor…
Homenaje al urbanismo despótico del nuevo siglo narrativo incumplido en las torres transmutadas de callejerísimo vandálico del escritor…
Resistir el impulso de coger el teléfono
y teclear tu nombre, coger la línea
y llegar hasta tu voz
mientras escucho a Green Day
en la cocina de un restaurante extraño.
Un restaurante que esperaba me diera paso
tu cuerpo…
(Falacia inventada por un transeúnte que buscaba un billete que se le calló en una alcantarilla y maldecía su suerte mientras la prostituta se marchaba profiriendo heces silábicas).
Entonces me recostaba frente al mostrador mientras venía
otra orden “2 presas con papas.” En oferta. “Sí, pero sin refresco.”
Entonces no es en oferta. “ Ajá.” $2.75 ¡Gracias buen provecho!
Sigo resistiendo escuchar tu voz frente al mostrador y el celular me seduce.
Luego de pensar en el “bill” de este mes y aterrorizarme
pienso que los trucos de los amantes son siempre iguales
y aún sabiéndolo uno siempre se mete con alguien que no debe.
Resistir el impulso es lo que me convierte en un héroe
sin nadie a quien rescatar, excepto a los trazos de mi dignidad
que observa conmovida el espectáculo.
Extiendo mi mano marco el número
y la contestadota me avisa diligente con su voz
armoniosamente melosa, que deje un mensaje.
Pintura de la cuentista puertorriqueña Carmen Zeta: Ciudadano Cero
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