Sobre el autor

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Puerto Rico (1986). Juris Doctor, Universidad de Puerto Rico. B.A. en Literatura Comparada, Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. Entre sus publicaciones destacan: Estoicismo profanado (2007), premiado por PEN Club de Puerto Rico y El imperio de los pájaros, (2011). Es columnista de la Revista Cruce y realiza estudios doctorales en Filosofía y letras en CEAPR. Se ha desempeñado como educador comunitario. Varias noches vagó por las calles de algún punto de la isla ofreciendo condones, jeriguillas limpias y pruebas de VIH.

Sobre mi poesía

“Echevarría Cabán reintroduce en el país una poesía indagatoria cuyo realismo imaginativo se encamina hacia una estética experiencial imaginística como posible paradigma de nuestra literatura más actual”

–Alberto Martínez Márquez


"Indudablemente, la poesía de Abdiel Echevarría es un reto a la normalidad de una conciencia tradicional"

–Rafael Colón Olivieri


miércoles, septiembre 14, 2005

Interrogantes de materia cotidiana en mi cocina


Interrogantes de materia cotidiana en mi cocina

Hay veces en las que me siento material de uso cotidiano. Es entonces que recuerdo que soy materia. No obstante, me aturde el hecho de ¿qué materia serpentea sobre mis labios? Vuelvo y me pregunto si estos monólogos que entablo no son otra cosa que diálogos con otro yo que se resiste a sucumbir, o es acaso, que ambos sucumben ante mí. ¿Cuántas veces podría observar el océano sin tener que escrutar en los aspavientos del olvido?¿Cuántas veces tendré que volver a los senderos enlodados del polvo, para reconocer que las huellas de la vida se subterfugian en la vida del eco? Cada paso tuvo su espacio y sobrevivió en el recuerdo; pero no dejó de morir en su momento. ¿Cómo deshacerme de estos pensamientos que son labios filosos en el andén de mi cocina? O es acaso que mi cocina no existe.

1 comentario:

Angelys dijo...

hacer un comentario referente a este articulo implica que yo como ser humano puedo entender los pensamientos filosos que se encuentran merodiando en mi cocina pero esto no es asi. El polvo que se acumula del pasado en estos pasillos se convierte en cenizas de olvido que marcan las huellas de nuestro diario vivir. En estos atormentados recuerdos se ilumina la llama de vida que prepara a los sentidos de nuestros labios para la mas sabrosa cena que pueda existir. Lo que hace falta aparte de la cocina es la heramienta para comer.